viernes, 1 de mayo de 2015

habilidades comunicativas.





¿QUÉ SON LAS HABILIDADES COMUNICATIVAS?

Las habilidades comunicativas o lingüísticas son las formas en que el ser humano utiliza la lengua para diferentes propósitos: comunicarse, aprender y pensar. Éstas son fundamentalmente cuatro: escuchar, hablar, leer y escribir.
Las habilidades de escuchar y hablar corresponden al nivel oral de la lengua y las de leer y escribir al nivel escrito: Estas cuatro habilidades pueden clasificarse en habilidades receptivas (escuchar y leer) y habilidades productivas (hablar y escribir).
Las habilidades comunicativas deben desarrollarse de manera integral y con la participación activa en las niñas y los niños.



Cuando una persona posee la habilidad de escuchar, comprende fácilmente los mensajes y actúa de acuerdo con lo que ha comprendido.
¿Qué es escuchar?
Resultado de imagen para imagenes niños habilidades comunicativasSaber escuchar es comprender y reaccionar ante lo que dicen las personas con las que nos relacionamos, por ejemplo lo que cuenta la abuela, el saludo de un vecino, una pregunta de
una amiga, una solicitud oral en la escuela, una inquietud de otra persona, y lo que se dice en los medios de comunicación oral como la radio,
la televisión y el pregón, entre otros.



¿Qué es hablar?
Resultado de imagen para imagenes niños habilidades comunicativasEs dar a conocer por medio de la expresión oral lo que se piensa, se siente y se quiere. Quien envía un mensaje en forma oral espera que los demás lo comprendan y actúen de acuerdo con
el mismo.
La habilidad de hablar tiene relación directa con el vocabulario que maneja la persona, éste le permite tener fluidez en la expresión y riqueza de contenido.




¿Qué es leer?
Es descifrar el contenido de lo escrito en papel o en otro material, por otra persona o por uno mismo, con el fin de comprender un mensaje. El proceso de lectura es complejo porque implica una serie de habilidades como el análisis, la síntesis y la evaluación.
El acto de leer lleva a la persona a construir significados propios a partir textos escritos.
Leer es un proceso de interacción entre el lector y el texto, proceso mediante el cual el primero intenta obtener alguna información pertinente para satisfacer sus objetivos de lectura. Solé, I. (1987)


¿Qué es escribir?
Resultado de imagen para imagenes niños habilidad lecto escrituraEs el acto de expresar ideas, sentimiento y deseos por medio de la forma escrita destrezas motrices, de la lengua. El aprendizaje de la escritura, además del desarrollo de destrezas motrices, requiere de la habilidad para organizar las ideas con el fin de representarlas por medio del sistema escrito.
Escribir es para el estudiante un acto de cruzar fronteras – o de pararse en el
umbral imaginándose cómo cruzar-. Carlino, P. (2006


La lectura y la escritura son habilidades que se constituyen en vehículos de aprendizaje y del pensamiento. Por ello es importante que la niña y el niño desarrollen una lectura comprensiva, y una escritura creativa como forma de expresión de su pensamiento.
¿Cómo crear un ambiente adecuado para el desarrollo de las habilidades comunicativas?



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Las habilidades comunicativas se presentan en el apartado anterior en forma separada, por razones didácticas. Sin embargo, no debe olvidarse que éstas están integradas y deben desarrollarse simultáneamente. Tan importante es desarrollar la lectoescritura como las habilidades orales de escuchar y hablar. Es más, no puede haber un adecuado aprendizaje de la lectoescritura si no se tiene dominio de las habilidades correspondientes a la forma oral del idioma.

El enfoque del desarrollo de las habilidades comunicativas debe ser integral, funcional, útil y práctico y no artificial o memorístico. La maestra o el maestro debe propiciar situaciones reales en las que las y los estudiantes puedan hacer uso del idioma en forma natural, agradable, motivadora, alegre y útil.

En casa, escuchan, hablan, interpretan signos y crean sus propios signos a partir de una situación. Por eso, el desarrollo de las habilidades comunicativas debe ser integral, partir de una situación que permita a las niñas y a los niños escuchar, hablar, leer y escribir.
El contexto de las niñas y los niños es una fuente valiosa de materiales y experiencias de aprendizaje para el desarrollo de las habilidades comunicativas en su lengua materna o L1. En el hogar tienen el modelo de la abuela y el abuelo, la madre y el padre, las hermanas y los hermanos, las vecinas y los vecinos.  En el contexto escolar también deben contar con el modelo del personal de la escuela (el personal docente, las autoridades educativas y el personal de servicio).

Se cuenta con mucho material escrito, para las y los docentes y para las alumnas y los alumnos: manuales, guías metodológicas, cuadernos de trabajo, rotafolios, loterías, dominós, tarjeteros, libros de lectura, libros de texto, carteles, afiches, laminarios, ilustraciones variadas, revistas y periódicos, entre otros.

Las maestras y los maestros pueden y deben crear sus propios materiales con la participación de las niñas y de los niños. Para eso necesitan pliegos de papel, papel para reciclar, material recortable, materiales que proporciona la naturaleza (hojas, plumas, semillas, palitos, etcétera), marcadores, crayones, pinturas, cinta adhesiva, entre otros.

En las escuelas bilingües también se puede contar con materiales audiovisuales para
el desarrollo de las habilidades comunicativas: CDs, videos, películas, etc.

La organización de las niñas y los niños y del aula es fundamental para propiciar el desarrollo de las habilidades comunicativas en la lengua materna. La organización de los escritorios en forma circular o semicircular y el trabajo en pequeños grupos de niños y niñas es la más recomendable porque permite una constante comunicación.

Por otra parte, también debe aprovecharse la hora de recreo y los trabajos escolares
afuera del aula para desarrollar las habilidades comunicativas en L1.

Aprestamiento  para el aprendizaje de la lectoescritura en L1.

v  El Área de Destrezas de Aprendizaje, en el nivel preprimario, orienta el desarrollo de las habilidades perceptivas, motrices, sociales y cognitivas de las niñas y los niños. Estas habilidades se desarrollan por medio del análisis, la síntesis, la observación, la clasificación, la comparación y otras, en forma dinámica y participativa, con énfasis en su utilidad para analizar el mundo que les rodea, resolver problemas y tomar decisiones.”
§   Currículo Nacional Base para el Nivel de Educación Preprimaria, Ministerio de Educación.

Las niñas y los niños necesitan de cierta preparación antes de iniciar el aprendizaje de la lectoescritura. Necesitan desarrollar habilidades relacionadas con los sentidos, la coordinación motora, el sentido de orientación en el espacio, la producción nítida de los sonidos propios de su lengua y la comunicación oral (escuchar y hablar), entre otras.

Un buen programa de aprestamiento asegura un mejor aprendizaje de la lectoescritura. El aprestamiento no debe limitarse a uno o dos meses antes de empezar con el aprendizaje de la lectoescritura, debe acompañar todo el proceso.

Sugerencias para el aprestamiento para la lectura y la escritura:
·      Usar y manejar libros haciendo énfasis en la dirección para sostenerlos y en cómo cuidarlos.
·      Proporcionar libros, periódicos, revistas, láminas y cualquier tipo de material
para que las niñas y los niños tengan contacto con material escrito.
·      Leer cuentos cortos para estimular la expresión oral. Motivar a las niñas y a los niños para que cuenten los cuentos con sus propias palabras.
·      Motivar a las niñas y a los niños para que interpreten ilustraciones y cuenten
historias a partir de las mismas.
·      Estimular a las niñas y a los niños para que utilicen diferentes formas de expresión como dibujos, palabras que ya puedan escribir y símbolos creados por ellos mismos.
·      Hacer ejercicios para el desarrollo de las diferentes destrezas de aprendizaje:
     percepción áptica, gustativa, olfativa, visual y auditiva, motricidad, estructura espacial, estructura temporal, eficiencia motriz y pensamiento2
·      .Fortalecer las habilidades para escuchar comprensivamente y expresar sus ideas y sentimientos en forma oral con claridad y precisión.





Métodos para la enseñanza de la lectura y la escritura

¿Qué es un método?Resultado de imagen para imagenes niños habilidad lecto escritura

Un método es un proceso que se sigue en forma ordenada con el fin de alcanzar un objetivo.  Los métodos responden a una serie de principios relacionados con los procesos de enseñanza-aprendizaje; cada uno tiene su enfoque particular.

Cada método tiene una secuencia didáctica propia dentro de la cual se organizan las actividades de aprendizaje. Algunos presentan las actividades ordenadas hasta en el
más mínimo detalle; otros, son más abiertos.

Con frecuencia suele confundirse el libro de texto con el método. El libro de texto es un elemento más del método, como las actividades y otros materiales. El texto es sólo un recurso, un material de apoyo. En cada país existen diversos textos de lectura que corresponde a métodos distintos. Es necesario averiguar a qué método pertenece un determinado texto para comprender cómo utilizarlo y las limitaciones y fortalezas que posee.
Marco teórico.

La oralidad como primer sistema lingüístico
En la Edad Antigua (entre el año 4.000 a. C. y el año 476 d. C.) el lenguaje marcó al hombre de forma definitiva. Aunque carecía de masa física sensible al tacto, se reconocía el poder y la existencia de la palabra. De la misma forma que el espíritu, el amor o los hechos ocurridos en el pasado gozaban de importancia, la palabra (lenguaje oral) permitía a los hombres no solo comunicarse, sino además, determinar sus propias formas de percibir el mundo. La oralidad, hace posible guardar en la mente lo que existe pero no se ve, da sentido a las cosas y construye universos. El lenguaje oral ocupaba el primerísimo lugar en importancia. Libres del lastre de la escritura, los mitos y las leyendas fueron elementos de extraordinaria riqueza educativa, cultural y social, transmitidos a través de los diálogos ejercidos, entre otros, por filósofos como Sócrates.

La invención de la escritura alfabética, en la época platónica, detallada en La República (Platón, 1966), traería consigo un conjuro del que no terminamos de despertar. Desplazada la oralidad e ignorada la interacción con el otro, pensar en la permanencia del significante y significado de la palabra escrita sería el pecado capital. Reivindicación del lenguaje oral a través de la narrativa

El lenguaje oral es tal vez la herramienta más importante con la que los niños cuentan para comunicar sus pensamientos, emociones, sentimientos y necesidades durante la primera infancia. Al respecto, Vygotski (1995) señala al lenguaje como el resultado de la interacción con la sociedad y su cultura. Por su parte, Piaget (1991) sostiene que su adquisición se da mediante un proceso individual y, posteriormente, social, en el que el intelecto y las conductas son alteradas por el lenguaje. Leemos en Seis estudios de la Psicología: “Con la aparición del lenguaje las conductas se modifican profundamente en su aspecto afectivo e intelectual”. A continuación, se presentan algunos postulados teóricos que no solo reconocen la ya mencionada importancia del lenguaje oral, sino que, además, le atribuyen vida propia. Echeverría (1994), en su libro Ontología del lenguaje, dice:
Si aceptamos que hablar es actuar, reconocemos que el hablar modifica el mundo, el estado de las cosas, y que, por consiguiente, el hablar trae consecuencias. En otras palabras, el hablar rearticula el mundo como espacio de lo posible. Luego que alguien dice algo, nuevas posibilidades emergen y antiguas posibilidades dejan de existir. Lo que antes estaba cerrado se abre y lo que estaba abierto se cierra. (p. 94)

[...] si aceptamos también el carácter generativo del lenguaje y, por tanto, que el lenguaje es acción, tenemos que reconocer otro nivel en la relación entre poder y lenguaje. En la medida en que el lenguaje es acción, el lenguaje es fuente de poder. La forma como actuamos en el lenguaje constituye, por lo tanto, un aspecto crucial para evaluar cuan poderosos somos en la vida. (p. 226)

Un tercer dominio de competencias lingüísticas relacionadas con el poder se refiere a las narrativas. Estos son tejidos lingüísticos interpretativos que, como tales, procuran generar sentido y establecen relaciones entre las entidades, las acciones y los eventos de nuestro mundo de experiencias. Las narrativas nos proporcionan una base desde la cual actuamos en el mundo. Según el tipo de narrativa que sustentemos, nuestras posibilidades de acción serán diferentes. De allí, por lo tanto, que podamos  hablar también del poder del lenguaje haciendo referencia al poder de nuestras narrativas. Un ejemplo reiterado de un tipo de narrativa de gran poder lo constituyen las ciencias. Ellas nos ofrecen un tipo particular de explicación de los fenómenos que nos permiten generarlos o reproducirlos. Por último, un cuarto dominio de competencias lingüísticas. (p. 228)

Lejos de silenciar y ordenar el aula de clase infantil, los primeros años de escolaridad
deben favorecer y desarrollar la oralidad, las conversaciones, el juego, y la interacción social libre y espontánea; de suerte que los niños se empoderen y hagan parte activa en su propio proceso de formación, mientras son felices. Al respecto,  los Lineamientos Curriculares de Lengua Castellana del Ministerio de Educación  Nacional de Colombia (MEN, 1998a), dicen:

[...] solo cuando los estudiantes han ganado confianza en la charla y en la discusión
sobre los textos, cuando han fortalecido la oralidad, o lo que en socio-lingüística
se da en llamar competencia comunicativa, podrán dar el paso dialéctico hacia la
escritura, sin que esta sea impuesta [...]. Reyes caracterizaba la lengua como “cosa
viva y cambiante”. (p. 20)

[...] resulta central el trabajo sobre el desarrollo de la oralidad. La afirmación de los sujetos desde el uso del lenguaje en el diálogo cotidiano como puente para la construcción de los vínculos sociales, el reconocimiento del lugar cultural del discurso del niño, frente a los códigos elaborados que plantea la escuela [...], el respeto por lo diverso a nivel de valoraciones, lógicas, formas de comprender e interpretar el mundo, son puntos centrales del trabajo escolar. (p. 89)

Las lenguas maternas parten de la lectura e interpretación de su contexto cultural [...], la vida de las lenguas maternas es la oralidad, y en su más alto nivel la sacralidad de la palabra y desde allí se desarrolla el pensamiento, la identidad y la cultura. (p. 92)  En los Lineamientos Curriculares de Lengua Castellana emanados por el MEN en 1998, es posible registrar los aportes que autores como Fabio Jurado y Guillermo Bustamente, quienes reconocen que “la narrativa permite que esa ‘preguntadera’ que caracteriza a los estudiantes, les permita ir accediendo poco a poco a la convencionalidad y universalidad de la escritura” (MEN, 1998a). Carretero (1993), al igual que Egan (1999), sostiene la necesidad de recuperar la centralidad del texto narrativo en el aula, no solo porque abre el panorama de posibilidades de la educación infantil, sino, además, porque da protagonismo a sus fantasías y emociones. Leemos en Fantasía e imaginación: su poder en la enseñanza:

Estamos tratando a los niños pequeños como a idiotas. Nuestros curricula infantil y las correspondientes prácticas docentes están plagadas de cosas triviales […] al desarrollar investigaciones sobre el aprendizaje, la inteligencia, la evolución y cosas por el estilo referidas a los niños, no se han teniendo en cuenta ni se han valorado las herramientas intelectuales potentes y dinámicas que los niños llevan a la escuela [...]. la imaginación constituye una poderosa y desechada herramienta de aprendizaje [...]. Tenemos que reconsiderar nuestras prácticas docentes y curricula desde una perspectiva más equilibrada de las capacidades intelectuales de los niños. Entre esas capacidades intelectuales destaca la imaginación [...]. Podemos proporcionar a los niños cosas en qué pensar que desafíen y estimulen las capacidades imaginativas con las que piensan. (Egan, 1999, pp. 33-34) Y más adelante agrega:

Es evidente que los cuentos tienen que ver con las respuestas afectivas. Un buen narrador interpreta nuestras emociones igual que un buen violinista toca el violín. […] vista a través de los modelos dominantes de planificación e investigación, la educación es asunto en gran medida lógico y estrictamente racional. Desde este punto de vista, la educación constituye el campo en donde queda poco sitio para nuestra vida emocional.

Por eso, lo “afectivo” suele considerarse como una cuestión restringida a las artes (los aledaños o “adornos” de la educación). […] esta visión es producto de un empirismo impropio y de una limitada concepción del aprendizaje y, no en menor medida, del mismo niño. Damos sentido al mundo y a la experiencia de manera “afectiva” no menos que “cognitiva”. En realidad, la separación de ambos aspectos es producto de los mismos programas de investigación. […]. El modelo dominante y los programas de investigación con él relacionados han tendido a suprimir los aspectos afectivos del aprendizaje. En consecuencia, solo se han basado en una parte de las capacidades infantiles. (Egan, 1999, p. 45)

Piaget (1991), en concordancia con Egan (1999), logra sobrepasar las barreras del dualismo pensamiento-lenguaje, consagrado en occidente, y propone su interacción como opción educativa para movilizar pensamiento y hacer niños felices. Leemos en Seis estudios de Psicología:

  Las transformaciones de la acción provocadas por los inicios de la socialización no afectan únicamente a la inteligencia y al pensamiento, sino que también repercuten profundamente en la vida afectiva. Tal como hemos más o menos visto existe, en efecto, a partir del período preverbal, un estrecho paralelismo entre el desarrollo de la afectividad y el de las funciones intelectuales, puesto que son dos aspectos indisociables de cada acción: efectivamente, en cada conducta los móviles y el dinamismo energético provienen de la afectividad, [...] los sentimientos intervienen, [...] incluso en la solución de un problema matemático: intereses, valores, impresiones de armonía (Piaget, 1991, p. 55)

Si la relación lenguaje pensamiento cobra importancia, si las emociones infantiles determinan su disponibilidad intelectual, se hace inaplazable adelantar un giro copernicano que recupere la importancia de la imaginación y la emoción, en detrimento de las prácticas desuetas que ignoran la naturaleza infantil. El juego resulta ser una buena opción.


El juego

Además de la oralidad, el juego resulta un elemento esencial en la educación infantil.
Libre de la presión directa de los contenidos, el juego representa el escenario propicio para interactuar, relacionarse, divertirse y desarrollar la oralidad. Registrar investigaciones que otorgan protagonismo a esta actividad no es difícil. Lo extraño, sin embargo, es que, a pesar de los avances en materia de neurociencia —que nos obligaría a repensar al ser humano como unidad (Damasio, 2010), pero también como singularidad (Gardner, 1999)—, estas investigaciones han sido invitadas fantasma en la educación. El juego, lejos de ser “pérdida de tiempo”, se ha definido como espacio para ensayos de hechos reales en ambientes seguros (Brunner, 1988); escenario terapéutico y de preparación mental y social inconsciente (Dewey, 1934); lugar de aprendizaje sensorial y de trabajo lúdico (Montessori, 1936), y medio de desarrollo intelectual (Piaget, 1991) y social (Vygotski, 1995).

A través del juego, los niños crecen, aprenden cómo usar sus músculos, coordinan lo que ven con lo que hacen, ganan dominio sobre su cuerpo y sus pensamientos, descubren cómo es el mundo y cuál es su lugar en él. Además de adquirir nuevas habilidades y aprender cómo usarlas, los niños logran enfrentar con mayor habilidad las emociones conflictivas, porque recrean la vida real. Papalia habla de varios tipos de juegos, en su libro Desarrollo humano:

Los investigadores han mirado el juego de los niños de dos maneras: como una actividad social y como un aspecto de conocimiento. La primera aproximación examina – la cantidad de juego social de los niños —la extensión en la cual ellos interactúan con otros niños cuando juegan— como una indicación de competencia social. La segunda mira el juego cognoscitivo o forma de juego que revela y engrandece el desarrollo cognoscitivo de los niños. (1992, p. 238)

De la misma forma, los Lineamientos Curriculares de Preescolar (MEN, 1998b) reconocen la importancia del juego y buscan implementarlo como actividad integradora en la educación infantil:

El juego es el motor del proceso de desarrollo del niño y se constituye en su
actividad principal [...]. A través del juego el niño adquiere independencia, cultiva las relaciones, [...] desarrolla sus habilidades y sus cualidades de líder [...]. El juego es la expresión máxima del carácter lúdico del niño, para él, el juego se constituye en una actividad fundamental (rectora). Todos los niños juegan y les gusta jugar, ya que ello les proporciona enorme alegría. [...] se puede decir que el juego es una auténtica actividad creadora y colectiva, que produce una profunda satisfacción a los que en ella participan. Se trata de la inmensa alegría de crear, inventar, comunicar y transformar. (p. 28)

El docente, el niño y el ambiente
Ansiosos de conocimientos y naturalmente dotados de curiosidad, los pequeños entablan relaciones y desarrollan procesos de aprendizaje en y con el ambiente que los rodea. Este aspecto ha sido cuidadosamente estudiado por Montessori (1936), quien hace tres aportes fundamentales al respecto: el primero, la importancia de preparar los ambientes de aprendizaje, de suerte que proporcionen la mayor cantidad  de interacción significativa a los pequeños; el segundo, el protagonismo del niño  y su predisposición hacia el uso del lenguaje; y el tercero, la estrecha relación afectiva entre el niño y el docente como base del triángulo de aprendizaje (docente-niño medio ambiente).

Leemos en The Secret of Childhood:
[...] what exists is a predisposition to construct a language. And something of the same holds good in respect of the whole psychological complexus of which language is the outward manifestation. (Montessori, 1963, p. 34)
It is well known how our pedagogy considers the environment so important and to make it the central point of the whole system, while we give the child’s sense —life a more fundamental and systematic consideration than any previous educational method. (p. 63)

Con respecto a la interacción docente-estudiante, los Lineamientos Curriculares de Preescolar aducen que “según Piaget, las normas se asumen por el respeto que el individuo siente por las personas que las dictan” (MEN, 1998b). No es menos cierto que el adulto, en este caso el docente, debe permitir la reciprocidad en la relación con los niños:

La creación de un ambiente en el aula y en la escuela, basado en el respeto mutuo y en las posibilidades de coordinar puntos de vista, es la estrategia fundamental para el desarrollo de esta autonomía. El docente disminuirá su poder como adulto permitiendo que los niños tomen decisiones, expresen puntos de vista, y aún sus desacuerdos respecto a algunas posiciones del adulto. (MEN, 1998b, p. 39)

De la susceptibilidad docente hacia las profundas trasformaciones sociales y de la flexibilidad que implica la vorágine de eventos dispersos y diversos que conforman nuestras aulas de clase, dan cuenta los mencionados lineamientos del Ministerio. No solo demuestran respeto por los pequeños y reconocen la riqueza de los conocimientos  previos con los que arriban al aula de clase, sino que definen al docente como un “jalonador” de procesos:

[...] el docente se constituye en un “jalonad [...] el docente se constituye en un “jalonador” que constantemente está en actitud de indagar, de cuestionar, de introducir obstáculos para suscitar desarrollos y elaboraciones discursivas, cognitivas y sociales de los estudiantes; el docente lo entendemos, en este sentido, como alguien que problematiza, que jalona, y como un docente social y cultural. (MEN, 1998b, p. 35)

La significación
La significación es el elemento que trasforma nuestra mirada; no solo de la educación infantil, sino de lo que entendemos por oralidad, lectura, escucha, escritura y habla. En el marco de la significación, cada una de estas habilidades comunicativas,  lejos de estar entre parámetros y definiciones tradicionales que fácilmente se encuentran en cualquier diccionario, toman otras connotaciones que dotan de sentidos y  significación a las palabras, y abren un panorama de posibilidades a la educación infantil. El tercer capítulo de los Lineamientos Curriculares de Lengua Castellana, titulado “Concepción de lenguaje”, resulta vital para entender la significación y las profundas trasformaciones que implica. Posiblemente, al iniciar la aventura por este capítulo, parezca impenetrable e incomprensible. Sin embargo, en la medida en que nos despojamos de nuestras vestiduras tradicionalistas, de nuestras creencias y significados sobre estas cuatro habilidades (leer, escribir, escuchar, hablar), van cobrando sentido y significado otras posibilidades que, por ser parte de nuestra vida cotidiana son despojadas de su valor cognitivo y experiencial.

En este sentido, la concepción de lenguaje que aquí se plantea tiene una orientación hacia la construcción de la significación a través de los múltiples códigos y formas de simbolizar; significación que se da en complejos procesos históricos, sociales y culturales en los cuales se constituyen los sujetos en y desde el lenguaje. [...] el trabajo sobre las cuatro habilidades debe fortalecerse en función de la construcción del sentido en los actos de comunicación. (MEN, 1998a, p. 45)

[...] hablamos de la significación en sentido amplio, entendiéndola como aquella dimensión que tiene que ver con los diferentes caminos a través de los cuales los humanos llenamos de significado y de sentido a los signos, es decir, diferentes procesos de construcción de sentidos y significados; esta dimensión tiene que ver con las formas como establecemos interacciones con otros humanos y también con procesos a través de los cuales nos vinculamos a la cultura y sus saberes. [...] podríamos decir que esta dimensión tiene que ver con el proceso de transformación de la experiencia humana
en significación. (MEN, 1998a, p. 47)

Leer, escribir, escuchar y hablar

Lejos de guardar la más mínima relación con la codificación y decodificación,  escribir y leer son habilidades que desarrollamos incluso antes de nacer. Por su parte, escuchar y hablar son procesos complejos muy similares. El primero se relaciona con la puesta en escena de los conocimientos previos y el sentido que se teje cuando entendemos una situación, conversación o pregunta; el segundo, especialmente con el uso del lenguaje en contexto y con el reconocimiento del interlocutor:

[...] en cuanto a escribir, no se trata solamente de una codificación de significados a través de reglas lingüísticas, [...] es producir el mundo, [...] leer es un proceso de interacción entre un sujeto portador de saberes culturales [...] y un texto como e soporte portador de un significado. [...] por lo tanto, la pedagogía sobre la lectura no se podrá reducir a prácticas mecánicas o técnicas instrumentales. [...] con respecto a los actos de escuchar y hablar, es necesario comprenderlos de manera similar. Es decir, en función de la significación y la producción de sentido [...], implican ir tejiendo el significado de manera inmediata [...]. En síntesis, es necesario reconceptualizar  permanentemente lo que estamos entendiendo por leer, escribir, hablar, escuchar, y asignarles una función social y pedagógica claras dentro de los procesos pedagógicos  de la institución, y respecto al desarrollo de los Proyectos Educativos Institucionales.(MEN, 1998a, pp. 49-50)


Aunque se ha venido hablando de la lectura y la escritura significativas (es decir,
desde la oralidad), como se evidenciará más adelante, esos procesos que inicialmente
se dan desde la significación, se van transformando paulatina e inteligentemente
en procesos convencionales, a su vez, atraviesan por cada uno de los tres niveles de
desarrollo del sistema de escritura propuestos por Ferreiro:

Nivel 1 […], inventa formas grafémicas, mezcla estas con las grafías convencionales […], letras repetidas, escritura ligada, trazos continuos […]. Nivel 2 […], se requiere que un conjunto de grafías sea distinto de otro conjunto para significar cosas distintas […], no hay relación sonido/grafía. Significado y significante constituyen una sola unidad. […] aún no se ha llegado a la fonetización; es decir, a la relación (alfabética) entre el sonido de una palabra y su escritura. Nivel 3 […], aparece de manera explícita la relación entre sonido y grafía. Es decir, se llega a la fonetización de la representación escrita. […] el niño ya asocia la pauta sonora con la selección de las grafías; esa relación sonido/grafía es lo que marca la hipótesis silábica. Otro aspecto cognitivo relevante en este punto es que se problematiza la relación entre el todo y las partes. (MEN, 1998a, pp. 57-61)

Finalmente, antiguas metodologías que tienen como punto de partida las vocales, letras y sílabas han quedado obsoletas, no solo por la falta de sentido y coherencia con la vida natural de los niños, sino, además, porque los despoja de la posibilidad de pensar y construir significados a partir de sus presaberes, entrenándolos para la automatización y repetición del sin sentido (la m con la a, ma. Realmente,sería emea), por lo menos desde 1998, año en que el MEN publicó los Lineamientos Curriculares de Lengua Castellana, documento de carácter obligatorio y ético para quienes orientan procesos de Lengua Castellana, en general, y de adquisición de la lectura y la escritura, en particular. Leemos en el mencionado documento:

[...] los trabajos de Emilia Ferreiro, Liliana Tolchinski, Ana Teberosky, Gloria Rincón y Olga Villegas son un referente obligado. Según estas investigaciones, el manejo del código alfabético convencional es un punto de llegada y no un punto de  partida en el desarrollo natural de la significación en el niño. Por tanto, los enfoques que toman como punto de partida el fonema, la sílaba y la palabra, poniendo el énfasis en la relación sonido/grafía, no son pertinentes como iniciación a la escritura. En este sentido, resulta necesario generar espacios de significación en los que la escritura cobre sentido social, y el problema de la fonetización y el acceso al código alfabético serán una necesidad que aparece de manera natural. (MEN, 1998a, p. 53)

 Metodología
Esta fase describe las estrategias utilizadas para orientar la adquisición de la lectura y la escritura convencional de la lengua materna (L1) en la primera infancia.

Esta etapa se desarrolló durante tres años (entre 2003 y 2006), con niños y niñas de grado primero, entre 6 y 8 años de edad, en el Centro Docente la Hermosa, institución educativa de carácter público, ubicada en la ciudad de Santa Rosa de Cabal, departamento de Risaralda. Con el grado primero a cargo, siendo docente integral, y estudiante de licenciatura en pedagogía infantil, se inició un proceso de acercamiento a la lectura y la escritura convencional, pero desde la significación. El espacio central para las nuevas prácticas se dio en las clases de español; sin embargo, el proceso terminó siendo transversal a todas las áreas del saber.

Todo inicia con la narración de un cuento corto, con imágenes grandes y coloridas, en lo posible de autores representativos en literatura infantil (por ejemplo, Rafael Pombo, Keiko Kasza, Charles Perrault y los Hermanos Grimm). La puesta en escena resulta trascendental: con los niños cómodos, sentados en el piso o sobre una alfombra. La docente inicia la narración, que es acompañada con matices de voz y movimientos corporales, y trasporta a los pequeños a un nuevo mundo lleno de alegría e imaginación. Elementos como una capa roja, si se va a narrar a Caperucita Roja, por ejemplo, despiertan el interés y abren espacios para la fantasía, que en el caso de los niños siempre está a la orden del día y a la espera de ser tenida en cuenta. Permitirles ver las imágenes, incluso antes de leer el texto (lectura de imágenes), no solo les ayuda a adentrarse e imaginar la historia, sino a anticipar las situaciones y desarrollar la oralidad.

En el trascurso de la narración, formular, además de preguntas anticipatorias (¿qué creen que va a pasar?), preguntas descriptivas (¿cómo era el lobo?) y analíticas (¿por qué el lobo quería comerse a la abuelita?) es recomendado. Cada vez que el niño responde a las preguntas de la docente o participa de la narración —anticipando, describiendo, analizando o incluso inventando (proponiendo) finales, hechos o personajes—, está leyendo y escribiendo. Aunque las cuatro habilidades se dan de manera simultánea y trasversal, para mejor comprensión del lector, internaremos diferenciarlas, mas no disociarlas.

El niño lee cuando interactúa desde su legado cultural, y logra comprender preguntas o interpretar hechos, acontecimientos, imágenes, etc. Lee cuando escucha, siente u observa. El escuchar se hace presente cuando, de una gama de información, selecciona solo la necesaria y pertinente, y la usa para comprender. Escribe cuando interpreta y responde o actúa, es decir, cuando produce su mundo a través de las palabras o actos. Finalmente, habla cuando reconoce quién es su interlocutor y selecciona el vocabulario adecuado para comunicarse con él. Es necesario reiterar que no sería posible entender estas nuevas formas de escribir, leer, escuchar y hablar  si no es en el marco de la significación, como se presentó en el apartado anterior, la cual permite la construcción de otros sentidos y significados a través del lenguaje.

Un mismo cuento o historia se puede narrar en varias sesiones, para desarrollar distintos contenidos o áreas del saber —a través de la transversalidad entre matemáticas,  ciencias naturales, ciencias sociales, educación física, ética y valor, idiomas, etc.— o simplemente para ser comentado, analizado o dramatizado; es decir, para desarrollar oralidad. La relectura, el parafraseo y la renarración son estrategias posteriores a la lectura, que permiten a los pequeños no solo su propia confrontación, sino la reconstrucción del significado del texto, para ampliar sus horizontes de comprensión.

Finalizada la historia, se incentiva que los niños la parafraseen o narren de nuevo. Mientras los pequeños cuentan, la docente escribe en el tablero (proceso que llamaremos notación alfabética) palabras o frases claves que han sido reiterativas en la historia. Esta tarea permite a los niños hacer conexiones emocionales, a la vez que se adentran paulatinamente en el mundo convencional en el que dotamos de sentido y significado a los símbolos (letras), pero siempre en contexto. Para lograr lo anterior, son necesarias dos condiciones: primero, las palabras deben ser propuestas (o pronunciadas) por los niños; y, segundo, ser escritas (por el docente, en el tablero) completas, prestando especial atención a que los niños reconozcan que las palabras letras (cuando la docente las escribe después de ser pronunciadas por los niños).

Este es un ejercicio que, aunque parece simple y superfluo, marca la trascendencia de la comprensión y de las conexiones de los pequeños con sus presaberes, a la vez que define los resultados del proceso.

Resaltar, subrayar o escribir con otro color las palabras clave o repetidas en el cuento, y que han sido previamente producidas por el niño en medio de la interacción, es un buen ejercicio: Caperucita es roja El lobo es feroz La abuelita es viejita. Mantener el proceso en contexto, es decir, que los niños estén conectados y activos de principio a fin, resulta perentorio. Después de lo planteado hasta ahora, el siguiente paso es invitar a los niños a plasmar en un papel, una o varias de las actividades que se presentan a continuación. Es necesario aclarar que no debemos borrar lo que se ha escrito en el tablero, porque algunos niños pueden haber comprendido la conexión o relación entre las palabras y su representación con letras, por lo tanto, el apoyo visual del tablero resultaría decisivo.

•          Dibujar sobre la historia
•          Escribir lo que más le gustó o aprendió de la historia
•          Escribir sobre la escena favorita de la historia
•          Escribir con sus propias palabras la historia
•          Inventar nuevos personajes, tramas, lugares, comienzos o finales
•          Escribirle una carta al personaje favorito de la historia

Llegado este momento, son necesarias dos aclaraciones:

En primer lugar, el docente debe saber (de acuerdo a la significación y a lo que se ha venido trabajando) que hay muchas y variadas formas de leer y, por ende, de escribir. Reconocer, entre otras, las señales, las imágenes, el garabateo como formas  de escritura, —sin perder de vista las etapas o niveles que al respecto propone Ferreiro— resulta decisivo.

Adicionalmente, por la sociedad en que habitamos y la educación que hemos recibido, resultaría normal escuchar entre los pequeños expresiones como: “yo no sé  escribir”, “no soy capaz de hacerlo”, “no sé cómo hacerlo” o “mi mamá dice que soy muy pequeño para escribir”. Por lo tanto, es totalmente necesario hacer un proceso  de sensibilización (en lo posible, previo al ejercicio ya descrito) con los padres de familia (y de ser necesario con la comunidad educativa) y los niños. Esto con el fin de explicar la validez de otras formas de escritura, como las líneas, los garabatos, las combinaciones entre letras y números, la invención de formas grafémicas y los dibujos. En síntesis, se busca empoderar al niño para que no dude cuando de enfrentarse a un papel se trata.

Solo cuando se tiene claridad y se respetan estas dos situaciones, surge de manera natural la necesidad por parte de los niños de leer en forma convencional y de representar con letras o dibujos todo lo que está a su alrededor, atravesando por los tres niveles de desarrollo del sistema de escritura propuestos por Ferreiro.
Las Figuras 1 y 2 son ejemplos de los dos primeros niveles.



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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.
Desarrollo de Habilidades Comunicativas en Lengua materna. http://www.oei.org.gt/educacionbilingue/bibliotecavirtual/1libroproeimcal.pdf
Orozco Giraldo, Consuelo. Porque en las lenguas la forma sí cuenta* Universidad Tecnológica de Pereira, Pereira. Colombiahttp://www.bdigital.unal.edu.co/42614/1/44569-211834-1-PB.pdf
http://apoyo-primaria.blogspot.com/2014/09/los-principales-problemas-en-la.html


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